Cuando la carne se asa a la parrilla, también se producen hidrocarburos aromáticos policíclicos (HAP), uno de los probables carcinógenos del humo del cigarrillo.
Los investigadores descubrieron que no solo la ingestión de carne a la parrilla en el tercer trimestre se asociaba con un menor peso al nacer, sino que las madres simplemente expuestas a los humos tendían a dar a luz bebés con un déficit de peso al nacer.
La exposición a los humos también se asoció con un tamaño de cabeza más pequeño, un indicador del volumen cerebral.
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